Ecosistema inmobiliario

-Te felicito Mariana! Qué buen edificio sumaste a tu cartera y que bien quedó el cartel.

Así rezaba el mensaje de wpp de esta mañana, decorado con emoticones que me sonreían y aplaudían. Siempre es lindo recibir una felicitación, los elogios son bienvenidos, pero si vienen de un colega, la satisfacción es total. Si, este mensaje me lo mandó un joven martillero que en su running matutino por Recoleta se topó con la propiedad. Su alegría era genuina, lo sé, pues en esta cuarentena hemos compartido charlas, vivos y sobre todo información valiosa del mercado. Nos hemos conocido y confiamos cada uno en la gestión y capacidad del otro.

Cuando hace 25 años entraba tímida al mundo del real estate se me enseñó (al menos eso se intentó) a ofrecer las propiedades de mi cartera primero a los clientes propios para luego abrirlas al mercado, publicarlas y ofrecerlas a colegas. Me acuerdo la cara de uno de mis jefes de aquel momento cuando le pregunté si eso no atentaba contra el tiempo de comercialización. Mi cerebro ingenieril sabe de flujos, tiempos y costos y este "dogma" que intentaban inculcarme no sonaba muy lógico (acaso algún dogma lo es?). Pobre él, tan baby -boomer! Y traigo el tema generacional a colación, porque a medida que avanzamos en el tiempo, la información es menos propia y mas globalizada. Este modo egocéntrico y egoísta de manejar la data de mercado se colaba luego como modus operandi dentro del equipo de trabajo y así compañeros de un mismo equipo se escondían datos. Feo, muy feo.

Así como desde los años 70 hasta hoy los espacios de trabajo evolucionaron y las oficinas se abrieron desapareciendo los despachos para ser reemplazados por amplias mesas compartidas en grandes áreas, lo mismo está ocurriendo con el modo de trabajar.

En la última década hemos sido testigos de una creciente cooperación entre colegas inmobiliarios, al punto de acuñar un término para nuestro mutuo intervenir, y es el de la "coo-mpetencia".
Competir colaborando. Colaborar compitiendo. Esta situación se ha acelerado en esta cuarentena. Encontrarnos por zoom para compartir miradas y opiniones sobre la actual situación económica y su impacto en nuestro mercado es moneda corriente. Chats grupales para intercambiar información valiosa o novedades es algo cotidiano, como los debates virtuales sobre las nuevas leyes como la de alquileres o la reciente que regula el teletrabajo. También se han armado alianzas estratégicas para la comercialización de proyectos mixtos, donde el foco está puesto en el cliente y no en las propias necesidades. Conformar una propuesta de valor que teje lo mejor de cada equipo y gestión. Sinergizar, tejer redes, esa parece ser la clave de la nueva normalidad.

Es muy interesante descubrir que podemos hablar con respeto aún cuando disentimos, sobre el modo de encarar algún negocio. Cada diálogo construye, nos construye. Nos amalgama en una trama donde cada uno no pierde identidad, sino que la refuerza.

Quien debe ceder en estos casos es el ego. No es fácil, sobre todo para los que ostentan años en el mercado, sin embargo ésto se aprende y se agradece.
Esta comunidad inmobiliaria se ha ampliado fuertemente en este tiempo, incorporando profesiones complementarias a la gestión de comercialización. Estudios de arquitectura que se ocupan del diseño interior de oficinas por ejemplo, nos han invitado a ser parte de sus "vivos en Instagram" junto a clientes y proveedores. Empresas constructoras y fabricantes de materiales de construcción han organizado webinarios en los cuales nos han incorporado como un eslabón mas en la gran cadena del producto. Los desarrolladores cada vez consultan mas la mirada del inmobiliario, es que nuestra experiencia de "trinchera" suma y mucho a la hora de diseñar los edificios que vendrán. Es un orgullo ver a grandes empresas presentes en las presentaciones de los newsletters que hemos realizado este año.

Una nueva "raza" se incorpora también a esta gran trama inmobiliaria, y es el coaching inmobiliario. Interesante profesión que analiza comportamientos y asesora respecto de técnicas de escucha y respuesta. Las neurociencias nos enseñan a liderarnos a nosotros mismos, para luego liderar equipos y negocios. Es también muy valorado el trabajo de economistas dedicados al sector, que curan la información que pulula por las redes, la explica y dota de sentido. Un gráfico de barras o curvas de colores que se cruzan puede ser muy estético pero nada dice si no está acompañado de una explicación profesional.

Hemos dado un salto cualitativo y estamos ya en presencia de un verdadero ecosistema. La Real Academia Española define ecosistema como la comunidad de seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente.

El mercado inmobiliario estaba en plena evolución y esta pandemia la ha acelerado. Estamos ante un verdadero ecosistema inmobiliario, rico en profesiones complementarias, con diversidad de tamaños de empresa y modalidades de gestión ante las necesidades de los clientes. Nos complementamos, aprendemos unos de otros, nos nutrimos, crecemos juntos.

Cambia todo cambia. En medio de tanta desolación e incertidumbre descubrimos en el mercado inmobiliario vida, y vida en abundancia